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jueves, 17 de junio de 2010

LA IMAGEN BLANCA, de Fernando Alonso Barahona

Fernando Alonso Barahona



Cuando llegaba la noche, antes de dormir, le gustaba contemplar durante un buen rato las fotos de su colección : estrellas fascinantes del cine de los años treinta y cuarenta , imágenes de héroes de fantasía dibujados sin embargo con un trazo tan auténtico que se dirían reales , Moisés , Rodrigo Díaz de Vivar, Davy Crockett, Robin de los Bosques .....Los cromos eran de colores brillantes y a la luz de la lamparita de su mesilla reflejaban hermosos destellos.
Pero aquella noche Roberto estaba inquieto, esperaba una llamada importante y para no distraer ni un momento había dejado sobre la cama su teléfono móvil después de asegurarse que el sonido se encontraba en su tono máximo .
La casa es tan solo un pequeño apartamento, alquilado seguramente, y situado en las afueras de un diminuto pueblo de la sierra madrileña . El mueble del salón es de madera oscuro y le da un extraño y atractivo aspecto de antigüedad. La estancia está presidida por un cuadro original pintado al óleo ;representa un bosque nocturno, casi tenebrista, iluminado por unas estrellas fantasmagóricas . Tal vez si se mirara con atención se podrían descubrir entre los trazos del pincel la huella de algún duende , de alguna hechicera de la noche . Aparte del salón no hay más habitaciones que el pequeño dormitorio , el diminuto cuarto de baño y la cocina en la que apenas cabe de costado una persona .
El silencio es espeso, Roberto agudiza su oído tratando de captar alguna señal ....¿ y si llamara él en lugar de aguardar ¿....pero no , Susana le ha dicho que espere , ella se pondría en contacto en cuanto le fuera posible y le contaría las novedades. Pero es ya muy tarde, no hay luz en las calles ...¿ y si ha sucedido algo imprevisto ¿.....
No...es mejor esperar . Roberto trata de respirar serenidad pero su corazón se agita inquieto, incapaz de permanecer tranquilo . El móvil continúa en el centro de la cama, como si sobre sus escasas dimensiones gravitara en aquel instante toda la vida de su alrededor .
La luz de la mesilla reluce tímida en el cuarto , no es tiempo de pensar, ni de abrazar los recuerdos, tan solo resta escuchar al sonido de una llamada , tal vez la esperanza, seguramente la consecución de un sueño ...¿ quien puede saberlo salvo sus dos protagonistas ¿ .
De repente le bombilla de la lamparita tiembla , se escucha entonces por fin la música del teléfono móvil que a un tiempo aquieta y sobresalta.
Entonces surgió una poderosa luz blanca que inundó todo el lugar, hasta el último de sus rincones . Deslumbraba los ojos pero desprendía una tranquilidad infinita .

Después vino la nada .
(.........)


Susana trataba de recomponer su melena pelirroja agitada por el viento. Arropó a su hija, una niña de cara sonrosada que dormía profundamente y se dirigió hacia la gran pantalla de la televisión . La película había terminado y el DVD mostraba el menu de inicio. Apretó entonces uno de los botones y las
imágenes volvieron a la pantalla : las estampas , el bosque , el móvil, un hombre esperando.......
Susana sacó de su corazón una fotografía pálida y acarició una vez más su contorno .....

- “ Aún te espero , amor mío “- musitó con voz suave.

Guardó la foto, se tendió en la cama junto a su hija y cerró los ojos. Entonces todas las figuras y los objetos , toda la estancia con sus luces y sombras , volvió a convertirse en una prodigiosa y hermosa imagen blanca .

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